Me llamo Pedro Thomas y soy, Escritor Erótico.
Escribo Historias de Vida que nacen de los Deseos.
Ese de la foto, soy yo. Parece que estoy a punto de escribir algo interesante, pero no. Estoy pensando en cómo contarte Mi Historia.
Vale, ya lo tengo. Primero te voy a contar la historia de mi apellido.
Mucho tiempo atrás…
Soy cordobés de nacimiento pero con unos parientes ingleses, muy lejanos. Tan lejanos que nadie de mi familia, sabe exactamente su procedencia.
Por lo que hemos investigado, sabemos que nuestros genes británicos vienen del siglo XIX, cuando llegó la famosa Revolución Industrial… ¡¡Casi ná!!
Al parecer, los guiris vieron el filón y empezaron a extraer minerales a mansalva, formando una gran empresa llamada «La Compañía Minera de Rio Tinto». Por lo visto, una de las empresas más importantes de la época.
«Estos ingleses, además de darle bien a la birra, se ve que eran bastante espabilaos.«
La empresa y el asentamiento de mis parientes lejanos, tuvieron lugar en la provincia de Huelva. Concretamente, en un pueblo de la Sierra Onubense que se llama Rio Tinto. Como puedes observar, mis parientes, no se exprimieron mucho el coco para ponerle el nombre a su empresa.
«Pero eso sí, en la actualidad, bien que se ponen exquisitos con el Brexit, para intentar distinguirse del resto de Europa…¡¡Unos cracks mis primos!!«
Lo que está muy claro en esta historia, es que uno de esos guiris se trajinó a mi tatara-tataraabuela…Vete tú a saber de cuántas generaciones estamos hablando.
En fin, qué más da. El caso es que el inglesito de turno, nos dejó como legado sus genes y, un apellido bastante molón y llamativo, que muy poca gente suele pronunciar bien. Es Thomas, no Tomás.
Se ve que el cambio de las libras por las pesetas, no debió ser muy rentable en aquel momento, porque el dinero del guiri, no estaba incluido en la herencia.
«¡¡Una putada, pero es lo que hay!!«
Sigo…
Ahora te cuento Mi Historia dividida en tres partes, Muy Importantes, que son las que me han traído hasta aquí…
<<El Diferente>>
Desde muy pequeño supe que algo raro pasaba. Nunca me gustó la chica popular de la clase. No me gustaba seguir al rebaño, sin más.
Siempre me llamaba la atención, lo que me resultaba…Diferente.
Era mi primer año de instituto. Desde el primer día que la vi, me voló la cabeza. Había algo en su mirada que era muy especial. Ella no buscaba ser la chica más popular. No necesitaba la aprobación de los demás.
Simplemente, le gustaba ser cómo era. Se llamaba Laura. Su cara era preciosa.
Sus ojos azules, me recordaban al mar. No solo por su color, también por la calma que me transmitían.
Estaba rellenita y tenía unas curvas de infarto. Le gustaba llevar escote y, lo lucía muy orgullosa. A mí me encantaba, admirar su belleza.
Esa belleza que casi nadie apreciaba.
Una belleza natural que nadie se paraba a observar, por el hecho de tener unos kilos de más. Por el hecho de no tener unas medidas, «Supuestamente Perfectas»
Cada vez que hablaba conmigo, me follaba la mente. No hacía falta que me tocara para erizarme la piel, por completo. Me dejaba atrapada en su mundo. Me dejaba pensativo, intentando averiguar por qué los demás, no se giraban para mirarla y apreciar lo preciosa que era.
Simplemente, no eran capaces de valorar…Su Diferencia.
Porque si la miraban a ella, no serían aceptados por el rebaño. Por eso miraban, a la Chica Popular.
Gracias a ella, me di cuenta de que yo, no quería ser una oveja más…
Gracias a ella, descubrí mi Gran Poder y mi Mayor Condena…
<<El Observador>>
Recuerdo perfectamente, la primera vez que vi el Mar.
Íbamos una tropa, bastante considerable. Además de mi madre y mis tías, el pack incluía, a seis niños.
Fue poner los pies sobre la arena y, mis primos, empezaron a correr como caballos salvajes. Corrían, daban saltos de alegría. Y además de hacer todo eso, me llamaban sin parar.
<<Primoo ven, corree…>>
Pero a diferencia de ellos, yo estaba clavado en la arena. Observándolo todo. Cuando digo todo…es todo.
Cuando llego a un sitio nuevo, lo primero que hago es observarlo, para ver qué me transmite ese lugar.
Me sale de forma natural e instintiva.
Observaba a mis primos. Eran como animales que descargaban toda su adrenalina sobre la arena. Observaba lo grande que es el Mar y lo pequeño que me hacía sentirme.
Observaba el paisaje.
También los dibujos que hacían las olas y las nubes. La felicidad de poder disfrutar de ese momento con mi familia. Y por supuesto, observaba la diferencia de forma y tamaño, entre las tetas de mis tías y mis primas.
Lo observaba todo…
Pero por desgracia, empecé a escuchar los comentarios y los juicios, que convierten Tú Diferencia, en algo malo.
<<¡¡Mira qué es raro este niño!! Menudo rancio está hecho. En vez de ponerse a jugar con sus primos, se queda ahí parado, en medio de la arena>>
En ese momento, ese día lleno de luz, se vuelve oscuro.
Sin vida, sin alegría.
A partir de ese momento, Mi Diferencia y mi capacidad de Observar…
Dejaron de ser un regalo de cumpleaños, para convertirse en esa comida basura que te ha sentado como el culo y te da mucho asco, cada vez que la recuerdas.
A partir de ese momento, empiezas a rechazar lo que eres…Tú Esencia.
Para intentar encajar y…Ser Aceptado.
«El Contador de Historias»
Pero aquí viene, la mejor parte de Mi Historia.
Me di cuenta que había una forma de sacar, toda esa mierda acumulada.
Una forma de sacar, todo eso que rechazaba de mí.
Solo tenía que coger toda esa mierda y escribir una historia con ella.
Haciendo eso, empecé a sentirme mucho mejor. Esa mierda ya no se quedaba, dentro de mí.
Era como tirar la basura a diario. Cómo vaciar la papelera de reciclaje y eliminar todos los archivos, que no me servían para nada.
Y cuando fui haciendo eso, cada día. Descubrí algo mejor, todavía.
Entendí que podía transformar esas historias y crear una realidad distinta con ellas.
Cogía esa comida basura y la convertía en una enorme Tarta de Chocolate.
Era la hostia…
Después, empecé a mezclar ingredientes. A probar combinaciones nuevas.
A coger también, las mierdas de otras personas, para convertirlas en dulces, de todos los olores y sabores.
¡¡Joder, era la hostia!!
Pude observar que el Sexo, era uno de mis Ingredientes Favoritos. Y empecé a ponerlo, en todas Mis Recetas.
Y después pensé, «¿por qué no empiezo a contar Mis Historias, a los demás?»
Probé y fue más increíble, todavía.
Cuando lo hacía, esas historias, dejaban de ser mías. Era una forma de compartir, todo lo bueno que provocaban en mí, cuando las escribía.
La historia ya no era la misma porque cada persona, la vivía de una manera diferente.
Pero el resultado era Alucinante.
Porque observaba que ellos, se sentían igual de bien al leerla, que yo al escribirla.
Y cuando pasaba eso, me hacía conectar con esas personas.
Y voilà…La magia de la vida, se desplegó ante mí.
Después de mezclar estos tres elementos…
El Diferente, El Observador y El Contador de Historias.
Se creó Mi Universo y apareció… El Reflector De Deseos.
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